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Posibles tratamientos de la infertilidad masculina

¿Qué tratamientos se pueden realizar ante la infertilidad masculina?

La infertilidad masculina es una condición que afecta la capacidad reproductiva del hombre, pudiendo dificultar la concepción natural para la pareja. Sin embargo, hay diversas opciones de tratamiento médico y técnicas de reproducción asistida disponibles para abordar los problemas de fertilidad masculina y permitir que el hombre pueda convertirse en padre.

Inicialmente, se puede explorar la recuperación de la fertilidad masculina mediante enfoques naturales y adoptando un estilo de vida saludable. En caso de que estas medidas no resulten efectivas, se puede recurrir a opciones más avanzadas como la inseminación artificial (IA) o la fecundación in vitro (FIV) para lograr la descendencia deseada.

Tratamientos médicos y naturales para la infertilidad masculina

En algunos casos de infertilidad masculina, el tratamiento médico puede ser limitado, ya que existen situaciones en las que esta condición es irreversible. Para los casos en los que la alteración está relacionada con el sistema endocrino del hombre, conocido como el eje hipotálamo-hipófisis-testículo, se suele realizar una analítica hormonal para evaluar las posibles anomalías en la producción hormonal. 

Sin embargo, es importante tener en cuenta que el tratamiento hormonal no siempre resuelve la infertilidad masculina.

Cuando la dificultad para lograr un embarazo se debe a obstrucciones en las vías seminales, la opción de tratamiento quirúrgico puede considerarse. En muchos casos, mediante intervenciones quirúrgicas, se puede eliminar el bloqueo físico que impide el paso de los espermatozoides o recanalizar los conductos deferentes para permitir la correcta eyaculación de los espermatozoides.

Además de los enfoques médicos, algunos optan por tratamientos naturales para la infertilidad masculina. Los suplementos a base de complejos vitamínicos y antioxidantes, como la vitamina E y la L-carnitina, son recomendados en algunos casos menos severos para mejorar parcialmente la calidad seminal.

La maca peruana es reconocida como un remedio natural para la infertilidad masculina. Se cree que la maca peruana favorece el intercambio celular y la transmisión de impulsos nerviosos debido a su elevado contenido de potasio.

Además, la mayoría de los urólogos recomiendan una dieta saludable, que incluya alimentos como frutas, verduras y pescado azul con alto contenido en ácidos grasos omega-3. Estos alimentos aportan vitaminas y complejos antioxidantes que pueden ser beneficiosos para mejorar la calidad seminal.

La reproducción asistida como solución ante la infertilidad

Cuando los tratamientos médicos o naturales no logran abordar el problema de fertilidad en el varón, es necesario recurrir a las técnicas de reproducción asistida para lograr tener descendencia.

Cuando una pareja enfrenta dificultades para concebir y decide acudir a una clínica de reproducción asistida, el médico especialista en infertilidad realiza pruebas iniciales para determinar las posibles causas de la dificultad para concebir.

En el caso de la mujer, las pruebas comunes se centran en evaluar su reserva ovárica y descartar posibles enfermedades o anomalías en su sistema reproductor.

En cuanto al hombre, además de la exploración física y las pruebas hormonales, la prueba más frecuente es el seminograma, que permite evaluar la calidad de su muestra seminal.

Dependiendo de los resultados de estos análisis, el médico determinará el tratamiento de fertilidad más apropiado. Algunas de las opciones incluyen:

Inseminación artificial (IA)

La inseminación artificial es una técnica de reproducción asistida de baja complejidad. Consiste en procesar la muestra de semen en el laboratorio y depositarla, mediante una cánula, en el fondo uterino, esperando que la fecundación ocurra de manera natural.

Este procedimiento se recomienda en casos de infertilidad leve. Por lo general, la muestra seminal debe cumplir con ciertos criterios, como un recuento de espermatozoides móviles (REM) superior a 3 millones después de la capacitación seminal y una morfología espermática normal según los criterios de la OMS (>4%).

Fecundación in vitro (FIV)

La fecundación in vitro (FIV) es un proceso mucho más complejo en comparación con la inseminación artificial (IA). Además de la estimulación ovárica, implica una intervención quirúrgica bajo anestesia para obtener los óvulos y el cultivo posterior de los embriones generados en el laboratorio.

En términos generales, el procedimiento de FIV implica la obtención de óvulos y espermatozoides, su colocación en contacto para permitir la fecundación y la posterior transferencia de los embriones resultantes al útero de la futura madre.

La fecundación in vitro (FIV) se recomienda en casos de infertilidad masculina más severa, donde los parámetros seminales están más comprometidos en comparación con la inseminación artificial (IA). Estos casos pueden incluir:

Oligospermia: concentración espermática menor a 15 millones/ml.

Teratospermia: morfología espermática normal inferior al 4%.

Astenospermia: reducción en la movilidad de los espermatozoides.

Oligoastenoteratospermia: combinación de las tres condiciones anteriores.

Criptospermia: concentración espermática menor a 100,000 espermatozoides/ml.

Aunque la fecundación in vitro (FIV) es una opción recomendada para la infertilidad masculina, también se utiliza en situaciones donde las mujeres tienen dificultades reproductivas. Por ejemplo, mujeres solteras sin trompas permeables pueden recurrir a la FIV. Además, parejas de mujeres que desean participar ambas en el embarazo a través del método ROPA (Recepción de Óvulos de la Pareja) pueden optar por la FIV.

Técnica ICSI

La inyección intracitoplasmática de espermatozoides (ICSI) es una técnica ampliamente utilizada en reproducción asistida y se considera una variante de la fecundación in vitro (FIV). Aunque comparte similitudes con la FIV, la ICSI implica una manipulación más extensa de los gametos (óvulo y espermatozoide).

En la ICSI, se introduce directamente un espermatozoide en el óvulo mediante un sistema de micropipetas, siendo este proceso realizado por un embriólogo. Se seleccionan los espermatozoides con las mejores características para la inserción.

Aunque muchas clínicas utilizan la ICSI en situaciones en las que también se aplicaría la FIV convencional, la inyección intracitoplasmática está especialmente diseñada para casos más graves de infertilidad masculina. 

Algunas de las situaciones incluyen la astenospermia, donde la movilidad de los espermatozoides está reducida, y la azoospermia, que implica la ausencia de espermatozoides en el eyaculado. La ICSI resuelve estos problemas al inyectar directamente el espermatozoide en el óvulo.

La ICSI se recomienda en casos en los que se utilicen muestras de semen de hombres con enfermedades infecciosas o cuando se maneje una muestra valiosa, como la de hombres que han congelado su semen antes de someterse a una vasectomía o recibir tratamiento de quimioterapia/radioterapia.

En situaciones en las que no se encuentren espermatozoides en el eyaculado, existe la opción de obtenerlos directamente del testículo.

La recuperación de espermatozoides

En ocasiones en las que no es posible recuperar espermatozoides en el eyaculado, se recurre a procedimientos complementarios, como los siguientes:

Biopsia testicular: Se realiza un corte en el escroto para acceder directamente al tejido testicular, donde se desarrollan los espermatozoides, y obtener una muestra. Este procedimiento se lleva a cabo en quirófano y bajo anestesia local.

Aspiración de epidídimo: La aspiración de epidídimo busca obtener espermatozoides aspirando el líquido almacenado en el epidídimo, un órgano situado sobre el testículo. También requiere intervención quirúrgica.

Aspiración testicular: Similar a la aspiración de epidídimo, pero en este caso, la aspiración se realiza en el propio testículo.

Las situaciones mencionadas anteriormente implican necesariamente recurrir a la técnica de ICSI, ya que la cantidad y calidad de los espermatozoides recuperados serían demasiado reducidas como para optar por una FIV o una IA.

El precio de los tratamientos de infertilidad masculina

Las técnicas mencionadas tienen precios diferentes. El tratamiento más sencillo es la inseminación artificial, con un costo que oscila entre los 600 y 1.400 euros.

La fecundación in vitro tiene un coste más elevado, y no hay diferencia en el precio entre la FIV convencional y la ICSI. Aproximadamente, su precio se sitúa entre 3.000 y 5.000 euros.

Es importante tener en cuenta que el precio inicial no incluye la medicación necesaria para la estimulación y preparación del endometrio.

Técnicas alternativas de reproducción asistida para combatir la infertilidad masculina

Las tres técnicas mencionadas anteriormente son los procedimientos fundamentales utilizados en reproducción asistida. No obstante, existen otros métodos complementarios que se aplican en casos específicos de infertilidad masculina, potenciando aún más la eficacia de la fecundación in vitro convencional o de la ICSI.

IMSI

Este procedimiento, conocido como IMSI por sus siglas en inglés (Intracytoplasmic Morphologically Selected Sperm Injection), es una variante de la ICSI. La mejora del IMSI en comparación con la técnica convencional radica en el uso de un microscopio con 6000 aumentos, en contraste con los 400 empleados en una ICSI estándar.

Esta magnificación adicional permite al embriólogo evaluar con mayor detalle la morfología espermática, facilitando la selección del mejor espermatozoide.

El IMSI es particularmente adecuado en situaciones graves de teratozoospermia, es decir, en hombres que presentan un alto porcentaje de espermatozoides con morfología anormal en su eyaculado.

MACS

El método MACS (Magnetic Activated Cell Sorting) implica filtrar el semen a través de un sistema columnar para eliminar los espermatozoides muertos o no viables de la muestra. Este proceso de selección espermática se realiza mediante partículas que detectan y detienen ciertos componentes celulares expresados en las células muertas. El método MACS está recomendado para casos de esterilidad masculina severa, como muestras seminales con una alta fragmentación espermática o en situaciones de fallos recurrentes de ICSI.

PICSI

La técnica de ICSI fisiológica, también conocida como PICSI (Physiological Intracytoplasmic Sperm Injection), se basa en la misma práctica que la ICSI convencional. Sin embargo, en este método se realiza una selección espermática previa a la microinyección.

La selección espermática en PICSI implica depositar la muestra seminal en una placa con ácido hialurónico, una molécula que se encuentra en altas concentraciones en las células del cúmulo que rodean al ovocito. Los espermatozoides reconocen esta molécula gracias a receptores presentes en la zona de la cabeza. La técnica busca imitar de manera más natural el proceso de selección espermática que ocurre en el cuerpo de la mujer.

Si los espermatozoides quedan unidos a la placa, esto indica que son capaces de reconocer eficazmente al ovocito. Por lo tanto, las posibilidades de que la fecundación se produzca son mayores. 

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