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Inseminación Artificial

Una tratamiento de fertilidad más sencillo y asequible

La Inseminación Artificial (IA) es un procedimiento en el que una muestra de semen, previamente procesada en el laboratorio, se introduce en el interior del útero de la mujer. Esta técnica se realiza con el fin de incrementar el potencial de los espermatozoides y las posibilidades de fecundación del óvulo.

Este procedimiento se realiza durante el periodo ovulatorio de la mujer con el objetivo de aumentar las probabilidades de éxito en el tratamiento de fertilidad.

Si te estás planteando ser mamá mediante un tratamiento de Inseminación Artificial, es normal que tengas muchas dudas. Para ayudarte a resolverlas, te invitamos a realizar el siguiente test y ofrecerte una asesoría personalizada y totalmente gratutita de acuerdo a tus respuestas.

Inseminación artificial (IA)

La fecundación del óvulo por parte del espermatozoide en la IA tiene lugar en las trompas de Falopio, al igual que en el embarazo natural. Las diferencias principales entre la IA y la concepción natural son el modo en que los espermatozoides son introducidos en el sistema reproductor femenino y que en la IA se han seleccionado previamente los mejores espermatozoides de la muestra.

Otra diferencia importante en el proceso de la inseminación artificial (IA) es que se controla el momento de la ovulación de la mujer mediante ecografías, con el fin de programar la inseminación y aumentar así la probabilidad de éxito.

Además, es común que se le administre a la paciente medicación hormonal para estimular el crecimiento de los folículos, lo que también contribuye a aumentar el porcentaje de éxito de la IA.

En consecuencia, la probabilidad de embarazo mediante la IA es ligeramente superior a la que se obtendría a través de relaciones sexuales, aunque sigue dependiendo principalmente de la capacidad de fertilización de los espermatozoides y la capacidad de implantación del embrión resultante de la fecundación.

Tipos de inseminación artificial

Según el origen del semen

  • Inseminación artificial conyugal (IAC) u homóloga (IAH), con el semen de la pareja.
  • Inseminación artificial de donante (IAD) o heteróloga, cuando se usa esperma de donante externo.

La inseminación artificial de donante se utiliza en situaciones en las que no es posible utilizar el semen de la pareja, ya sea debido a un factor masculino severo, problemas genéticos u otras razones. También se utiliza en casos en los que no hay una pareja masculina involucrada en el proceso, como en el caso de mujeres que desean afrontar la maternidad en solitario o parejas de mujeres.

Según el lugar donde se depositan los espermatozoides

La inseminación artificial también se puede clasificar en función del lugar exacto del aparato reproductor femenino donde se depositan los espermatozoides. En este caso, los diferentes tipos de IA son los siguientes:

  • Inseminación intratubárica: Los espermatozoides se depositan en las trompas de Falopio.
  • Inseminación intracervical: Los espermatozoides se colocan en el cuello uterino o cérvix.
  • Inseminación intravaginal: El esperma se introduce en la vagina, de manera similar a lo que ocurre en las relaciones sexuales.
  • Inseminación intrafolicular: La muestra seminal se deposita en el interior del folículo ovárico.
  • Inseminación intrauterina: La muestra espermática se coloca en la cavidad uterina.

La inseminación artificial intrauterina es la técnica más comúnmente utilizada debido a sus resultados efectivos, y las otras formas de IA se emplean cuando la IA intrauterina no es una opción viable en ciertos casos.

El proceso de la inseminación artificial

A continuación, se esquematizan los pasos principales del proceso de la inseminación artificial (IA):

  • Estimulación ovárica: Se administran dosis bajas de hormonas (gonadotropinas) para estimular ligeramente a los ovarios, y se realizan controles periódicos mediante ecografías para evaluar el desarrollo de los folículos.
  • Inducción de la ovulación: Cuando en un control ecográfico se observa que uno o dos folículos ováricos han alcanzado el tamaño óptimo (aproximadamente 18 mm de diámetro), se desencadena la ovulación. Para ello, la paciente se administra una inyección de la hormona hCG, y se programa la inseminación para aproximadamente 36 horas después.
  • Capacitación del semen: Este es el proceso en el que se prepara la muestra de semen para que esté concentrada en espermatozoides móviles y no contenga otros tipos celulares ni plasma seminal.
  • Inseminación: En el momento de la ovulación, se deposita una pequeña muestra de semen (generalmente alrededor de 0.5 ml) en el útero de la mujer a través de una cánula. No se requiere anestesia, y este procedimiento se realiza en la propia consulta.
  • Apoyo de fase lútea: Se administra progesterona vía oral o vaginal para facilitar la implantación del embrión en el endometrio y, por tanto, aumentar las posibilidades de lograr el embarazo.

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Situaciones por las que realizar una inseminación artificial

La inseminación artificial se utiliza en diversas circunstancias para lograr un embarazo. Cuando sea factible lograr la concepción tanto con fecundación in vitro (FIV) como con inseminación artificial, se prefiere la técnica menos invasiva, es decir, la inseminación artificial. Los problemas de fertilidad que pueden abordarse mediante la inseminación artificial varían según el tipo de IA empleada.

Indicaciones de la IAC

Los siguientes problemas de fertilidad pueden abordarse a través de una Inseminación Artificial Conyugal (IAC):

  • Esterilidad femenina debida a factores cervicales, como alteraciones anatómicas o funcionales en el cuello uterino.
  • Endometriosis leve o moderada, que involucra la presencia de tejido endometrial fuera del útero.
  • Alteraciones en el ciclo ovulatorio, que pueden incluir casos de síndrome de ovario poliquístico (SOP), anovulación o problemas en la fase folicular.
  • Incapacidad para depositar el semen en la vagina debido a condiciones como eyaculación retrógrada, vaginismo, eyaculación precoz o impotencia sexual.
  • Factor masculino leve: Se refiere a alteraciones en los parámetros seminales, aunque no deben ser muy severas, ya que se requiere un mínimo de espermatozoides para realizar la IAC con probabilidades de éxito.
  • Esterilidad de origen desconocido: Cuando los análisis previos no revelan una patología específica, se puede considerar la IAC. Aunque inicialmente no se haya diagnosticado una patología, esto no significa que no exista, sino que no se ha podido identificar mediante los análisis realizados.
  • Esterilidad de causa inmunológica: Esto implica una incompatibilidad entre el aparato reproductor femenino y el esperma, generalmente debido a la producción de anticuerpos por parte de la mujer que atacan a los espermatozoides. Esta causa es poco común y su mecanismo exacto aún no se comprende completamente.

Indicaciones de la IAD

Si bien generalmente se intenta realizar la inseminación artificial con el semen de la pareja, existen situaciones en las que no es factible y se recurre al uso de esperma de donante. A continuación, se detallan las circunstancias en las que se lleva a cabo la Inseminación Artificial de Donante (IAD):

  • Ausencia de pareja masculina, como en el caso de mujeres que deciden ser madres solteras o en parejas lesbianas.
  • Factor masculino severo: Cuando, después de varios ciclos de Inyección Intracitoplasmática de Espermatozoides (ICSI), no se ha logrado un embarazo y las condiciones de la mujer son favorables para esta técnica.
  • Enfermedades genéticas en el hombre cuya transmisión a la descendencia no puede evitarse mediante la selección genética preimplantacional (PGT).
  • Enfermedades de transmisión sexual en el varón: Si, después de varios lavados seminales, no se puede garantizar que no haya presencia de virus en el semen, lo que significa que existe un riesgo de infectar a la pareja.

Requisitos para realizar una inseminación artificial

La inseminación artificial es generalmente la primera técnica de reproducción recomendada cuando una pareja no logra el embarazo después de 12 meses de relaciones sexuales.

Sin embargo, para poder llevar a cabo una IA, deben cumplirse ciertas condiciones. Si no se cumplen los requisitos necesarios, se recurrirá directamente a otras técnicas como la Fecundación In Vitro (FIV).

Los requisitos y condiciones mínimas para que la IA sea una opción viable y tenga posibilidades de éxito son los siguientes:

  • Descartar el riesgo de posibles infecciones (hepatitis B o C, VIH, sífilis, etc.) para asegurar que no haya riesgo de contagio para la pareja o el futuro bebé.
  • Verificar la permeabilidad de las trompas de Falopio de la mujer. Esto se realiza mediante técnicas como la histerosalpingografía (HSG) para asegurarse de que las trompas son funcionales, ya que la fecundación ocurre en su interior.
  • Contar con una buena calidad seminal. Se requiere un Recuento de Espermatozoides Móviles (REM) superior a 3 millones de espermatozoides móviles después del proceso de capacitación espermática.

Además, es importante tener en cuenta el factor de la edad, ya que tiene un impacto directo en las probabilidades de éxito. A partir de los 36 años en la mujer, las posibilidades de embarazo comienzan a disminuir. Por lo tanto, se recomienda que las mujeres de 37 a 38 años o más consideren la posibilidad de recurrir directamente a la Fecundación In Vitro (FIV).

Resultados y probabilidad de embarazo con la IA

El éxito de la Inseminación Artificial (IA) está determinado por diversos factores, como la edad de la mujer, el grosor de su endometrio, la calidad del esperma, el tiempo de infertilidad y la causa de la misma. La eficacia de los resultados puede variar entre las clínicas de reproducción asistida.

Para una mujer menor de 35 años que se somete a un ciclo de IA con el semen de su cónyuge, la tasa de embarazo puede oscilar entre el 13% y el 25%. En el caso de utilizar semen de donante, esta cifra suele estar en el rango del 18% al 29%.

Según diversos estudios, cuando no se logra el embarazo a través de la Inseminación Artificial, se considera adecuado realizar hasta 4 ciclos de inseminación. Si después de estos cuatro intentos no se consigue la gestación, se recomienda considerar otras técnicas de reproducción asistida, como la Fecundación In Vitro (FIV) o la Inyección Intracitoplasmática de Espermatozoides (ICSI).

La tasa acumulativa de embarazo en estos cuatro ciclos suele situarse en un rango del 50% al 60% cuando se utiliza el semen de la pareja y del 60% al 70% con semen de donante.

Es importante destacar que a partir del cuarto intento, las tasas de éxito no suelen mejorar significativamente, por lo que el cambio a otro método puede ser recomendable en busca del embarazo.

Ventajas y diferencias respecto a la fecundación in vitro

La Inseminación Artificial tiene varias ventajas significativas. En primer lugar, es una técnica sencilla que no requiere cirugía y no es dolorosa, por lo que no se necesita anestesia. Además, es más asequible en comparación con otros tratamientos más complejos, lo que la convierte en una opción más económica.

El proceso de estimulación ovárica que se utiliza en la Inseminación Artificial suele ser menos agresivo que el de la Fecundación In Vitro (FIV), lo que también contribuye a reducir los costos.

La Inseminación Artificial difiere de la Fecundación In Vitro (FIV) en varios aspectos. En la IA, los óvulos utilizados son siempre de la paciente, mientras que en la FIV, en casos específicos, se pueden utilizar óvulos de donantes.

La IA se asemeja más al proceso natural de concepción, ya que aunque el semen se deposita artificialmente, la fecundación ocurre de manera natural.

Comparada con el embarazo natural, la IA tiene ventajas como la mejora de la calidad del semen debido a la capacitación espermática y el control preciso de la ovulación, lo que puede reducir el tiempo necesario para concebir en comparación con los métodos naturales.

Inseminación artificial casera

La inseminación artificial casera, a menudo denominada autoinseminación, es un proceso que difiere de la inseminación artificial médicamente asistida. La principal distinción radica en que la IA es una técnica de reproducción médicamente asistida, mientras que la inseminación artificial casera implica realizar el procedimiento por cuenta propia, en el hogar.

Es importante destacar que, si bien la IA se beneficia de la preparación tanto de la mujer como del semen del varón, el éxito de la inseminación artificial casera no es necesariamente superior o inferior al de las relaciones sexuales naturales.

Este enfoque casero es común entre mujeres que deciden ser madres en solitario o en parejas de lesbianas sin problemas de fertilidad femenina, ya que les permite buscar el embarazo sin necesidad de mantener relaciones sexuales con un hombre ni de recurrir a una clínica de reproducción.

Problemas, riesgos, y efectos secundarios

La inseminación artificial es un procedimiento generalmente seguro, pero pueden surgir complicaciones en casos raros, que incluyen:

  • Síndrome de hiperestimulación ovárica (SHO): Es una respuesta excesiva a la medicación hormonal utilizada en la estimulación ovárica, aunque el riesgo es bajo debido a que las estimulaciones en la IA son suaves y se vigilan con ecografías.
  • Embarazo múltiple: Puede ocurrir cuando varios folículos se desarrollan y se liberan óvulos. Esto es más común en mujeres jóvenes, y las clínicas se esfuerzan por evitarlo, ya que conlleva más riesgos durante el embarazo y el parto.
  • Embarazo ectópico: El riesgo de embarazo ectópico en la IA es de alrededor del 4%, en comparación con el 0.8% en ciclos naturales.
  • Aborto: Puede ocurrir, principalmente en las primeras semanas de gestación, y se asocia con una tasa del 20%.
  • Infecciones: Aunque raras, las infecciones pueden ocurrir debido a la posibilidad de introducir microorganismos durante el procedimiento. Las clínicas de reproducción asistida siguen estrictos protocolos de asepsia y esterilidad para minimizar este riesgo.

La mayoría de los efectos secundarios de la inseminación artificial no suelen ser graves ni comunes. Sin embargo, algunos pacientes pueden experimentar molestias o malestar debido a la medicación utilizada o a la introducción de la cánula, lo que ocasionalmente puede resultar en un leve sangrado después del procedimiento.

Precios de la inseminación artificial

El coste de un procedimiento de inseminación artificial conyugal (IAC) puede variar significativamente de una clínica a otra en España, oscilando entre 600€ y más de 1.000€. En el caso de la inseminación con semen de donante, el precio suele situarse entre 900€ y 1.400€.

Es importante tener en cuenta que estos costes no incluyen la medicación utilizada, por lo que se debe agregar el precio de los medicamentos necesarios para estimular los ovarios y, en caso de ser necesario, la progesterona para preparar el endometrio.

Es importante mencionar que algunas clínicas ofrecen descuentos en los intentos sucesivos de inseminación artificial, lo que puede ser beneficioso para las parejas que requieren varios ciclos para lograr el embarazo.

Sin embargo, es aconsejable preguntar sobre estos descuentos antes de comenzar el primer intento de IA para tener una comprensión completa del presupuesto.

En relación con la Seguridad Social en España, es cierto que ofrece cierta cobertura para tratamientos de reproducción asistida, pero existen requisitos y limitaciones específicas para acceder a estos servicios, además de largas listas de espera. Dado que no todas las parejas cumplen con los criterios de elegibilidad, muchas de ellas se ven obligadas a buscar opciones en clínicas de fertilidad privadas.

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