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Vaginismo | La esterilidad femenina por un factor vaginal

La causa principal de esterilidad por el factor vaginal se conoce como el vaginismo. El vaginismo es un término médico que describe la estrechez vaginal debido a la contracción involuntaria de los músculos del suelo pélvico que rodean la vagina.

Esta contracción puede cerrar parcial o totalmente la abertura vaginal, lo que dificulta o hace dolorosa la penetración durante las relaciones sexuales. La dispareunia es el término utilizado para describir el dolor experimentado durante el coito debido a esta condición.

El vaginismo se puede clasificar en dos tipos según el momento de su aparición:

  • Vaginismo primario: En este caso, la mujer no ha podido mantener relaciones sexuales con penetración y, por lo tanto, todavía es virgen. Suelen ser mujeres jóvenes o adolescentes, y las causas están más relacionadas con factores psicológicos.
  • Vaginismo secundario: En este tipo de vaginismo, la mujer ha tenido relaciones sexuales placenteras en el pasado, pero ha desarrollado esta condición posteriormente. Las causas suelen estar relacionadas con traumas o eventos físicos, como el parto o cirugías ginecológicas.

Es importante destacar que el vaginismo no solo dificulta la penetración vaginal durante el coito, sino que también puede hacer que otras actividades, como la inserción de tampones, administración de óvulos vaginales, masturbación o exámenes ginecológicos, sean dolorosas o imposibles de realizar.

vaginismo

¿Por qué se padece el vaginismo?

Motivos psicológicos

El vaginismo suele estar relacionado con trastornos psicológicos, y aquí se mencionan algunas de las causas más comunes:

  • Educación sexual deficiente: Una educación sexual inadecuada o basada en tabúes y prejuicios puede influir en la aparición de vaginismo.
  • Traumas de la infancia: Experiencias traumáticas en la infancia, que no necesariamente están relacionadas con la sexualidad, pueden influir.
  • Ansiedad o depresión: Los trastornos de ansiedad y depresión pueden contribuir al vaginismo.
  • Miedo al embarazo: El temor a quedar embarazada puede llevar a la tensión y al vaginismo.
  • Miedo a perder la virginidad: El temor a perder la virginidad o a que la primera vez sea dolorosa puede ser un factor.
  • Desconocimiento del propio cuerpo: No entender la anatomía y la fisiología del propio cuerpo, así como la falta de familiaridad con el cuerpo de la pareja, puede llevar al vaginismo.
  • Baja autoestima e insatisfacción con la imagen corporal: La inseguridad y la insatisfacción con la apariencia física pueden contribuir al vaginismo.
  • Experiencias sexuales o ginecológicas previas negativas: Experiencias sexuales anteriores dolorosas o ginecológicas traumáticas pueden contribuir al vaginismo.
  • Historial de violación, abuso o agresión: Las personas que han sufrido violencia sexual pueden desarrollar vaginismo como una respuesta de protección.

Es fundamental proporcionar educación sexual completa desde una edad temprana para prevenir el vaginismo, ya que la falta de información puede contribuir a la aparición de este trastorno. Las causas psicológicas subyacentes, como el miedo, la baja autoestima o los traumas, pueden abordarse con la ayuda de profesionales que brindarán las herramientas necesarias para superar el vaginismo y mejorar la salud sexual.

Motivos fisiológicos

Las causas físicas o fisiológicas del vaginismo, aunque menos frecuentes que las causas psicológicas, también son relevantes y pueden incluir la presencia de un himen rígido, infecciones o úlceras vaginales, inflamación de las glándulas de Bartholi en la entrada vaginal, experiencias traumáticas como un aborto o parto difícil, cicatrices deficientes de episiotomías, disminución de estrógenos en la menopausia que provoca sequedad vaginal, y tumores en la pelvis.

Es importante destacar que la contracción involuntaria de la vagina y el dolor relacionado pueden ser causados por motivos físicos que requieren atención médica ginecológica, junto con un posible enfoque psicológico.

Síntomas del vaginismo como factor vaginal

Además de la dificultad de la penetración vaginal, el vaginismo puede causar otras molestias en las mujeres que lo padecen, que incluyen:

  • Dolor durante el coito (dispareunia) con sensaciones de ardor, escozor, etc.
  • Sensación de que el hombre está “golpeando una pared” durante el coito.
  • Molestias al intentar insertar un tampón, copa menstrual u óvulos vaginales.
  • Incomodidad durante una citología o una prueba de Papanicolaou realizada durante un examen pélvico ginecológico.
  • Espasmos musculares generalizados en otras partes del cuerpo, como las piernas o la parte baja de la espalda.
  • Reacciones colaterales durante el intento de coito, como detener la respiración, hiperventilación, palpitaciones, temblores, etc.
  • Dolor sexual continuo de origen desconocido.
  • Disminución de la libido debido al dolor.

Es importante tener en cuenta que el vaginismo no impide que las mujeres puedan excitarse sexualmente o experimentar orgasmos. Por lo tanto, aún es posible llevar a cabo otras prácticas sexuales que no involucren la penetración y que puedan ser satisfactorias para estas mujeres.

Además, el vaginismo puede tener un impacto en la relación de pareja debido a la imposibilidad de mantener relaciones sexuales. Esto puede dar lugar a problemas adicionales, como un aumento de la irritabilidad entre la pareja, discusiones más frecuentes sin causa justificada, entre otros. En algunos casos, el vaginismo puede incluso ser una causa de ruptura si no se logra encontrar una solución.

Posibles tratamientos y terapias del factor vaginal

El tratamiento del vaginismo generalmente requiere la colaboración de psicólogos especializados y ginecólogos para abordar esta disfunción desde múltiples perspectivas. Es importante destacar que no existe una cirugía, suplemento vitamínico o fármaco que pueda curar el vaginismo.

El tratamiento más adecuado para el vaginismo suele involucrar una combinación de terapia de pareja y terapia física que incluye ejercicios del suelo pélvico. Los ejercicios de Kegel son conocidos por ayudar a las mujeres a fortalecer y controlar su musculatura pélvica, lo que puede ser beneficioso en el tratamiento del vaginismo. Además, las técnicas de relajación y respiración son recomendadas, junto con el uso progresivo de dilatadores vaginales.

Es esencial llevar a cabo estas actividades en un entorno relajado y con la colaboración de la pareja, lo que puede contribuir a crear un ambiente de apoyo y comprensión durante el proceso de tratamiento. Cabe destacar que el tratamiento es personalizado y progresivo, y la cooperación entre la pareja es fundamental para su éxito.

En casos de vaginismo que se presentan con dispareunia (dolor durante el coito), puede ocurrir que la mujer asocie la penetración con el dolor pasado. Esta asociación mental puede llevar a la contracción involuntaria de la vagina como un reflejo ante el recuerdo del dolor experimentado previamente.

Este círculo vicioso entre la dispareunia y el vaginismo puede dificultar la relación sexual. Por esta razón, es importante buscar la ayuda de un sexólogo para superar esta situación y lograr relaciones sexuales más placenteras y libres de ansiedad. La terapia sexual puede desempeñar un papel fundamental en este proceso.

En casos de vaginismo leve, el uso de gel de lidocaína puede ayudar a reducir el dolor debido a su efecto anestésico, permitiendo relaciones sexuales más placenteras sin dolor.

Es importante destacar que, si una mujer queda embarazada sin haber tratado completamente el vaginismo, es posible que experimente dificultades durante los exámenes pélvicos y el parto. Por lo tanto, se recomienda encarecidamente abordar esta disfunción antes del embarazo o incluso antes del parto para evitar complicaciones.

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