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El tercer trimestre del embarazo

El tercer trimestre del embarazo: El séptimo mes del embarazo

El tercer y último trimestre del embarazo comienza en el séptimo mes, que va desde la semana 25 hasta la 28. En este momento, se inicia la cuenta regresiva para el parto, aunque el bebé aún no ha asumido su posición final para el nacimiento. Durante esta etapa, es crucial estar atentos a los síntomas que la mujer embarazada pueda experimentar, ya que esto puede ayudar a prevenir un posible parto prematuro.

Síntomas en la madre

En esta fase del embarazo, que abarca casi hasta el momento del parto, los síntomas comunes incluyen:

  • Fatiga extrema y agotamiento.
  • La aparición de estrías en la piel.
  • Dolor de espalda.
  • Problemas de estreñimiento.
  • Dificultades para conciliar el sueño (insomnio).

En el séptimo mes de embarazo, las molestias continúan siendo similares a las de los meses anteriores, pero suelen manifestarse con mayor intensidad.

El conjunto del peso del bebé, la placenta, el útero y el líquido amniótico puede superar los 6 kg, lo que dificulta las tareas cotidianas y puede generar sensación de torpeza. Por lo tanto, es esencial tomar precauciones al caminar y al subir y bajar escaleras para prevenir accidentes.

El cambio más evidente en el cuerpo de la mujer es el aumento del tamaño del vientre, ya que el bebé está prácticamente formado y, en estos últimos meses, se enfoca principalmente en ganar peso y tamaño.

Durante este último trimestre, la placenta aumenta su demanda de flujo sanguíneo para proporcionar al feto una adecuada nutrición. Esto, a su vez, incrementa la carga de trabajo del corazón, ya que el volumen de sangre circulante en la madre puede aumentar hasta un 50% en comparación con su volumen habitual. Esto puede dar lugar a síntomas como edemas, varices, problemas de presión arterial, mareos y lipotimias.

Los síntomas mencionados anteriormente pueden llevar a que la mujer embarazada retenga una mayor cantidad de líquido durante el séptimo mes de embarazo. Es común observar hinchazón en las piernas, especialmente en las pantorrillas, tobillos y pies.

Los expertos sugieren que si la hinchazón se extiende significativamente hacia la parte superior del cuerpo o incluso afecta el rostro, se debe consultar a un médico para descartar posibles problemas de presión arterial.

La preeclampsia

Esta afección obstétrica es una de las más frecuentes en esta etapa del embarazo. Se trata de una complicación derivada del propio proceso de gestación y se caracteriza principalmente por la hipertensión arterial. Otros síntomas posibles de la preeclampsia incluyen:

  • Edemas.
  • Aumento considerable de peso.
  • Dolores de cabeza.
  • Dificultades respiratorias.
  • Náuseas y vómitos.
  • Disminución de la frecuencia de micción.
  • Problemas de visión, como visión borrosa.

Cuando la preeclampsia se manifiesta en una forma leve, se suele recomendar reposo, aumentar la ingesta de líquidos y llevar a cabo un seguimiento médico más estricto.

En casos de síntomas más graves o cuando la salud de la mujer embarazada o del bebé está en riesgo, el ingreso hospitalario puede ser necesario para un control más exhaustivo de ambos. En algunos casos, incluso se considera la opción de inducir el parto, ya que esta es la única forma de eliminar esta complicación patológica.

El estado de ánimo

A partir del séptimo mes de embarazo, es común que la mujer embarazada experimente una mayor sensibilidad emocional. Sin embargo, la intensidad de estos cambios varía según la personalidad de cada individuo y cómo se desarrolla su embarazo.

Los cambios emocionales se vuelven más notorios, no solo debido a las fluctuaciones hormonales, sino también porque el cansancio asociado al embarazo comienza a afectar el estado de ánimo de la futura madre. Además, el momento del parto ya no se percibe como algo lejano, lo que puede dar lugar a la aparición de temores y preocupaciones acerca de cuándo y cómo ocurrirá el nacimiento.

La práctica de ejercicios de relajación, la participación en actividades entretenidas y, especialmente, compartir momentos de intimidad con la pareja pueden ser de gran ayuda para que la mujer embarazada pueda distraerse, reducir la preocupación y disfrutar de las últimas semanas de embarazo sin sentirse nerviosa.

Estado del bebé

Hacia el final del séptimo mes de embarazo, es posible que el bebé supere el kilogramo de peso y mida más de 40 centímetros.

Un cambio significativo en el desarrollo fetal es la reducción de la cantidad de líquido amniótico, lo que permite que el bebé aumente su tamaño. Es esencial entender que esta disminución es un proceso normal y debe distinguirse del oligohidramnios, que se refiere a una disminución anormal de la cantidad de líquido amniótico.

En el séptimo mes de gestación, el bebé experimenta un espacio cada vez más reducido en el útero, lo que dificulta sus movimientos. A pesar de esto, sus movimientos son enérgicos y vigorosos, y es capaz de responder a estímulos externos.

Anatómicamente, el feto ya está completamente formado, aunque aún deben perfeccionarse algunas funciones y partes de su cuerpo, como el proceso de osificación de su esqueleto.

El sistema respiratorio del feto está en gran parte bajo el control del sistema nervioso central, y sus movimientos respiratorios son más completos, lo que lo prepara para el momento del parto.

La actividad cerebral del bebé se ha desarrollado aún más, comenzando a establecer los primeros patrones de sueño y vigilia.

Sus ojos, que puede abrir y cerrar con facilidad, son más sensibles a la luz, aunque su pigmentación todavía no está completa, por lo que deberemos esperar algunos meses después del nacimiento para conocer su color final.

Además, la placenta comienza a transferir anticuerpos del organismo materno al feto, proporcionándole inmunidad a ciertas enfermedades al momento de nacer.

El séptimo mes del embarazo, semana a semana

La semana 25 del embarazo

Durante esta semana, el futuro recién nacido empieza a desarrollar pelo en las pestañas y en la cabeza, aunque este pelo no es permanente. Los ojos del bebé están cerca de completar su desarrollo, pero como mencionamos antes, su pigmentación final aún no se ha establecido.

Los expertos sugieren estimular el oído del bebé en esta etapa, ya que es el sentido que experimenta un mayor avance durante este período. A pesar de que el feto se encuentra bastante aislado del entorno externo, las ondas sonoras son capaces de atravesar la piel y el útero, lo que estimula significativamente la actividad cerebral del bebé.

La semana 26 del embarazo

En la semana 26, el bebé realiza con normalidad varios reflejos que ha ido perfeccionando. Uno de ellos es el reflejo labial de succión, que le permitirá alimentarse de la leche materna. Además, como respuesta a ruidos o sobresaltos, es capaz de extender sus extremidades como un mecanismo de defensa.

En este punto del embarazo, el bebé ya es capaz de ingerir y expulsar líquido amniótico con normalidad, lo que contribuye al adecuado desarrollo de su sistema digestivo a diario.

La semana 27 del embarazo

Aproximadamente en esta etapa del embarazo, el feto tiene unas medidas de alrededor de 36 cm de longitud y casi 1 kg de peso.

Es común empezar a sentir el hipo del bebé en forma de pequeños espasmos, que son diferentes de las patadas o movimientos típicos. Este hipo suele ser breve y no causa molestias al feto. No se puede escuchar, ya que los pulmones del bebé aún no están llenos de aire en este momento.

La semana 28 del embarazo

El bebé comienza a acumular grasa debajo de la piel, lo que le otorga un aspecto más humano al desvanecerse las arrugas que solía tener y adquirir una tonalidad de piel más pálida.

Durante estas últimas semanas, se enfoca en perfeccionar sus sentidos y reflejos, que están prácticamente desarrollados en su totalidad.

La actividad cerebral del bebé es tan notable que se cree que ya puede adquirir conocimientos. Es capaz de reconocer la voz de su madre con total claridad e incluso puede responder a ella. La música o los ritmos suaves tienen un efecto relajante en él, mientras que los ruidos fuertes o sonidos impactantes pueden hacer que se sobresalte.

Consultas prenatales del séptimo mes del embarazo

El séptimo mes de embarazo se suele considerar un período tranquilo en cuanto a las pruebas médicas prenatales. Por lo general, en este mes no se realiza ninguna ecografía, ya que la ecografía del tercer trimestre se programa unas semanas más adelante, específicamente en el octavo mes de gestación. No obstante, si fuera necesario un control adicional, se podría llevar a cabo una prueba de imagen sin ningún inconveniente.

Como mencioné previamente, es importante prestar especial atención a la posible aparición de preeclampsia en el séptimo mes de embarazo. Por este motivo, muchos especialistas sugieren que se realice al menos una consulta médica a la embarazada en la que se mida la presión arterial, se compruebe la talla y el peso, y se complemente la evaluación con una analítica de sangre.

El tercer trimestre del embarazo: El octavo mes del embarazo

El octavo mes de embarazo, que abarca de la semana 29 a la 32, es parte del tercer trimestre de la gestación. Durante este período, el crecimiento del feto es notable, ya que ha alcanzado aproximadamente la mitad de su peso al nacer y está asumiendo la posición que tendrá durante el parto.

El momento del parto se acerca cada vez más, por lo que es esencial estar alerta a posibles síntomas que puedan indicar un riesgo de parto prematuro. Sin embargo, es posible que el parto aún no se produzca, lo que brinda la oportunidad de comenzar a hacer los preparativos para este esperado día.

Al igual que en las etapas anteriores del embarazo, tanto la madre como el bebé experimentarán cambios en el octavo mes, ya que sus órganos continúan madurando.

Síntomas en la madre

Durante el octavo mes de embarazo, es común experimentar ocasionalmente endurecimiento del vientre, lo cual puede ser resultado de las contracciones de Braxton-Hicks. Estas contracciones son un indicio de que el útero se está preparando para el parto.

Las contracciones de Braxton-Hicks, siempre y cuando no sean intensas y no ocurran a una frecuencia mayor a 5 por hora, por lo general, no indican un riesgo de parto prematuro.

Con el avance del embarazo, el volumen del vientre se incrementa, lo que puede dificultar el movimiento y llevar a una mayor fatiga al caminar, realizar tareas cotidianas o incluso al hablar. El dolor de espalda y de piernas tiende a ser más intenso a partir de este mes.

El aumento de peso en la mujer se vuelve más evidente a partir de esta etapa, ya que en conjunto, podría estar soportando una carga adicional de más de 8 kg, que incluye el peso del feto, la placenta, el útero, el líquido amniótico y los pechos.

Otros cambios en la embarazada

Cuando el bebé se encuentra en posición cefálica (boca abajo) para el parto, es común que la mujer embarazada sienta que sus caderas y pelvis se ensanchan como parte de la preparación para el nacimiento. Esto puede hacer que caminar resulte un tanto incómodo.

A medida que el útero alcanza su máxima expansión, puede llegar a situarse muy cerca del esternón, lo que provoca una mayor compresión del estómago. Esto puede dar lugar a una notoria sensación de acidez estomacal o ardor.

Además, la vejiga y los intestinos también se ven afectados por la falta de espacio debido al crecimiento del bebé, lo que resulta en un aumento de la frecuencia de la micción y el agravamiento del estreñimiento.

Es posible experimentar calambres en las piernas, que soportan un peso adicional significativo. Para prevenir estos calambres, que pueden ser dolorosos, se recomienda consumir alimentos ricos en calcio y recibir masajes diarios. También es aconsejable elevar ligeramente los pies al dormir.

Afortunadamente, no todos los síntomas en este período resultan molestos. Por ejemplo, es bastante común que las mujeres noten un cabello más abundante y voluminoso debido a los cambios hormonales.

Por último, los cambios en el estado de ánimo y la ansiedad tienden a intensificarse en este período. Los anhelos de que llegue el parto se mezclan con el miedo, y estas emociones pueden influir en el sueño, lo que puede desencadenar insomnio.

Cambios en el bebé

Hacia el final de la semana 32, es posible que el bebé mida más de 44 cm de longitud y pese alrededor de 1800 gramos.

La cabeza del feto sigue desarrollándose para acomodar el crecimiento del cerebro, aunque los huesos del cráneo aún no se han cerrado por completo. Su sistema nervioso central continúa evolucionando, con la formación de las neuronas olfativas, lo que le permite comenzar a percibir olores intensos.

El lanugo, que cubría su cuerpo, empieza a caer, y la piel del feto se torna más lisa y pálida debido a la acumulación de grasa. Además, las pequeñas uñas del bebé pueden crecer más allá de las puntas de los dedos.

Debido al espacio cada vez más limitado en el útero, el bebé experimenta una reducción en su amplitud de movimiento. Por lo tanto, es común notar movimientos rotatorios en lugar de patadas enérgicas. En ocasiones, estos movimientos pueden ser espasmódicos debido a que la ingesta de líquido amniótico puede provocar hipo.

El bebé ya tiene la capacidad de distinguir entre la luz y la oscuridad. Dado que sus sentidos están bastante desarrollados, se recomienda estimular al feto con música o hablándole.

Por último, durante el octavo mes de embarazo, es habitual que el bebé adopte la posición cefálica, es decir, que su cabeza esté hacia abajo, lo que sería la posición ideal para el parto.

Consejos y controles médicos

En el octavo mes de embarazo, se lleva a cabo la ecografía del tercer trimestre, que tiene como objetivo verificar varios aspectos cruciales:

  • El crecimiento del feto.
  • La posición del bebé dentro del útero.
  • La cantidad de líquido amniótico.
  • El estado de maduración de la placenta.

Además de la ecografía, es común realizar análisis de sangre y de orina como parte de la rutina de control prenatal. Durante este trimestre, el médico puede recomendar la vacunación contra ciertas enfermedades, como la gripe o la tos ferina, con el fin de prevenir posibles problemas en el recién nacido.

Como se mencionó previamente, es probable que, a partir de este mes, la mujer experimente mayor incomodidad al caminar debido al ensanchamiento de las caderas y la pelvis. Por lo tanto, se aconseja considerar la posibilidad de participar en clases de preparación al parto y practicar ejercicios específicos para fortalecer estas áreas del cuerpo.

El octavo mes de embarazo es un momento adecuado para empezar a preparar una bolsa con los artículos que podrían ser necesarios durante la estancia en el hospital después del parto.

El octavo mes del embarazo, semana a semana

La semana 29 del embarazo

En estos días, es común que la madre empiece a sentir la presión que ejerce el crecimiento del bebé sobre sus órganos internos. Esto es una sensación esperada, dado que el útero está prácticamente expandido en su totalidad.

El feto, que ahora tiene medidas mucho más proporcionadas, se moverá con vigor, y sus movimientos podrán ser notados incluso en la piel de la madre.

En cuanto a su desarrollo, el feto está prácticamente formado, pero los pulmones aún no han completado su evolución, ya que son los órganos que se desarrollan con mayor lentitud.

La alimentación de la madre adquiere una gran importancia en las últimas semanas del embarazo, ya que el crecimiento del feto requiere una mayor cantidad de nutrientes y vitaminas. Es aconsejable incluir en la dieta alimentos ricos en calcio, hierro, ácido fólico, proteínas y vitamina C para satisfacer estas necesidades nutricionales.

La semana 30 del embarazo

Cuando el embarazo llega a la semana 30, es común que la futura madre experimente un ensanchamiento de la pelvis y las caderas. Se recomienda realizar ejercicios para fortalecer los músculos en estas áreas, lo que puede facilitar el proceso de parto.

Todos estos síntomas, además de los cambios hormonales y la ansiedad asociada al nacimiento, a menudo provocan cambios de humor repentinos en la futura madre, lo que es una reacción común. Es esencial mantener un control emocional y, especialmente, buscar apoyo y comprensión de las personas cercanas.

En lo que respecta al bebé, se están formando nuevas capas de vérnix, una sustancia grasosa blanquecina que recubre su piel. Esta sustancia desempeña un papel importante en el mantenimiento de la temperatura corporal del bebé. Estos procesos contribuyen al continuo aumento de peso del feto y al desarrollo de una piel más tersa.

La semana 31 del embarazo

A medida que el bebé sigue acumulando grasa bajo su piel, el lanugo va desapareciendo gradualmente, lo que hace que su aspecto se asemeje más al que tendrá en el momento del nacimiento.

La mayoría de los órganos del bebé están prácticamente formados, y en este punto, su principal enfoque es el aumento de peso y tamaño. A pesar de que el espacio para moverse se reduce, su actividad no se detiene. Si para esta etapa del embarazo no ha adoptado la posición cefálica boca abajo, es muy probable que comience a hacerlo a partir de esta semana.

En cuanto a las sensaciones experimentadas por la embarazada, es común que en este punto del embarazo el sueño sea bastante perturbado. Esto se debe a que el volumen del vientre y la necesidad frecuente de orinar hacen que dormir de manera ininterrumpida sea un desafío.

La semana 32 del embarazo

En la semana 31 o 32, muchas mujeres experimentan un cambio drástico en el tamaño de su vientre, ya que el bebé sigue creciendo. Es importante tener en cuenta que, si el parto ocurriera en esta etapa, se consideraría prematuro.

En cuanto al desarrollo del cerebro del futuro recién nacido, está prácticamente completo, con diferencias mínimas entre su aspecto en este momento y cómo será al nacer. Se sugiere que en el octavo mes, el bebé podría ser capaz de pensar y posiblemente de almacenar recuerdos.

En esta etapa, los pulmones del feto inician la producción y acumulación de una sustancia conocida como surfactante pulmonar. Esta sustancia recubre los alvéolos para facilitar el intercambio de gases durante la respiración pulmonar.

Además, es posible que durante esta semana, el bebé, si aún no lo ha hecho, adopte la posición cefálica boca abajo.

El tercer trimestre del embarazo: El noveno y último mes de embarazo

El noveno mes de embarazo marca el comienzo de la etapa final de la gestación, que abarca desde la semana 33 hasta la 36. En estos últimos días, la futura madre puede experimentar síntomas incómodos, ya que el desarrollo del bebé está completo y su principal enfoque es ganar peso.

Durante estas semanas, el parto puede ocurrir en cualquier momento, por lo que se recomienda evitar viajes o desplazamientos largos y estar atentos a cualquier señal que pueda indicar que el bebé está por nacer.

El desarrollo del bebé

En este punto del embarazo, es altamente probable que el bebé esté completamente encajado en la pelvis, con la cabeza posicionada sobre el cuello del útero en una posición cefálica. Si en las próximas semanas no adopta esta posición, es posible que el médico sugiera programar una cesárea, ya que el parto vaginal podría ser complicado si el bebé no está en la posición adecuada.

Aunque el desarrollo de cada bebé es único, en promedio, un feto de 36 semanas puede tener una longitud de casi 50 cm y un peso que oscila entre 2.200 y 2.800 gramos.

En este mes de desarrollo fetal, las características físicas del bebé son notablemente similares a las que tendrá en el momento del nacimiento, ya que apenas quedan unas semanas para ello.

El lanugo, esa fina capa de vello, se ha desprendido en su mayor parte de la piel del bebé. Esto, combinado con la acumulación de grasa bajo la piel, que ahora es suave y rosada, da como resultado un aspecto completamente humano.

La mayoría de los órganos fetales funcionan de manera óptima en esta etapa. Por ejemplo:

  • Los pulmones están completamente desarrollados y son capaces de permitir que el feto respire fuera del cuerpo de la madre, gracias a la secreción de corticoides por parte de las glándulas adrenales.
  • El sistema digestivo puede digerir el líquido amniótico, y los intestinos se llenan de meconio.

A través del cordón umbilical, el cuerpo de la madre comienza a proporcionarle al feto inmunidad temporal, lo que le brindará protección contra muchas enfermedades infantiles.

Cambios en la embarazada

En el noveno mes de embarazo, la futura madre experimenta sensaciones muy similares a las de las semanas anteriores, aunque estas molestias se acentúan debido al avanzado estado de la gestación.

Si el bebé ya ha adoptado la posición cefálica en el útero, es posible que la madre sienta cierto alivio, ya que la presión sobre el estómago disminuye. No obstante, los pies se desplazan hacia arriba del esternón, lo que puede hacer que las patadas sean incómodas y dificultar la respiración. Además, la cabeza del bebé ejerce una fuerte presión sobre la vejiga, lo que resulta en un aumento en la frecuencia de micción.

Es muy probable que la hinchazón y la retención de líquidos empeoren, especialmente en climas cálidos, lo que puede llevar a una hinchazón excesiva de los pies y tobillos.

Otra molestia común es el síndrome del túnel carpiano, causado por la hinchazón de los nervios en las extremidades superiores y la acumulación de líquido, lo que resulta en dolor y entumecimiento en las muñecas.

Es común que el ombligo sobresalga debido al estiramiento de la piel del abdomen. Sin embargo, algunos meses después del parto, la piel, los músculos y el útero regresarán a su posición normal, y el ombligo volverá a hundirse hacia el interior del abdomen.

En este mes de embarazo, es normal haber aumentado de peso entre 10 y 14 kg, lo que puede hacer que los dolores de espalda, los calambres, las molestias en la pelvis y el cansancio se sientan con mayor intensidad. Para aliviar estas molestias, se recomienda realizar ejercicios como Pilates, yoga, natación para embarazadas, ejercicios de Kegel y estiramientos de la columna.

El insomnio es una queja común en este período, ya que las mujeres suelen despertarse varias veces durante la noche para orinar. Además, los cambios hormonales pueden afectar la calidad del sueño profundo, que es esencial para un buen descanso.

Visitas médicas y consejos

Si no se ha realizado la ecografía del tercer trimestre antes de este mes, es probable que se realice durante estas semanas. Esta prueba de imagen proporciona información crucial, incluyendo:

  • Viabilidad fetal: Se monitoriza la frecuencia y el ritmo cardíaco del feto para descartar complicaciones.
  • Posición del bebé: Generalmente, a estas alturas del embarazo, el bebé ya debe haber adoptado la posición cefálica, lo que es importante para planificar el parto.
  • Estado de maduración de la placenta: Una placenta envejecida puede afectar la oxigenación y la alimentación del feto.
  • Vueltas del cordón umbilical: Se evalúa si el cordón umbilical está enrollado alrededor del cuello del feto. Aunque es común, es importante controlarlo y manejarlo profesionalmente si es necesario.
  • Cantidad de líquido amniótico: La cantidad de líquido amniótico disminuye a medida que el bebé crece. Una disminución significativa podría indicar problemas de crecimiento o riesgo de parto prematuro.
  • Longitud del cuello del útero: El monitoreo de la longitud del cuello del útero es esencial en las últimas semanas del embarazo, ya que comienza a acortarse a medida que se acerca el parto. Esta medida ayuda a predecir la proximidad del nacimiento.

En el noveno mes de embarazo, las visitas médicas suelen volverse más frecuentes, especialmente en las últimas semanas. Durante estas consultas, el ginecólogo puede solicitar análisis de sangre y orina, así como medir el peso y la altura de la embarazada para monitorear su salud y la del bebé.

Prueba de salud del estreptococo

Entre la semana 35 y 37 de embarazo, se realiza una prueba crucial para detectar infecciones causadas por el estreptococo del grupo B. Esta bacteria, que a menudo habita en el tracto intestinal de adultos sin causar problemas, puede colonizar la vagina y dar lugar a infecciones graves en el recién nacido durante el parto.

Por esta razón, es común que los médicos realicen un cultivo vaginal y anal de rutina para detectar la presencia de esta bacteria en la embarazada. Los principales factores de riesgo para desarrollar esta patología incluyen haber tenido infecciones previas por estreptococo B durante el embarazo, sufrir infecciones urinarias por esta bacteria durante la gestación o haber tenido un bebé previamente afectado por esta misma bacteria.

Si el cultivo realizado a las muestras resulta positivo para la presencia de estreptococo del grupo B, se requerirá un tratamiento antibiótico antes del parto para prevenir la transmisión de la bacteria al bebé. Esto es una medida importante para asegurar la salud del recién nacido.

El noveno mes, semana a semana

La semana 33 del embarazo

Con el bebé encajado en la pelvis y los pies cerca del esternón, es común que las patadas sean más incómodas, ya que el espacio para moverse es limitado. Esto puede hacer que la futura madre sienta una mayor presión en las costillas y experimente molestias. A medida que se acerca el parto, la posición del bebé en la pelvis se vuelve importante para facilitar un parto vaginal seguro y efectivo.

A partir de esta semana, el bebé entra en la fase de Movimientos Oculares Rápidos (MOR), que puede ser un indicativo de que el bebé está soñando. Estos movimientos oculares son esenciales para la estimulación y el desarrollo del cerebro del bebé. El proceso de soñar es una parte crucial del desarrollo del sistema nervioso central y el procesamiento de información en el cerebro del feto.

La semana 34 del embarazo

En este punto, el bebé suele medir alrededor de 44 centímetros de longitud y pesar más de 2 kilos. La mayoría de los huesos en su esqueleto están prácticamente endurecidos, aunque los de su cabeza aún permanecen más flexibles. Esta característica de los huesos craneales más blandos facilita el proceso de nacimiento al permitir que la cabeza del bebé se moldee y pase por el canal de parto de manera más sencilla.

El vérnix, esa sustancia grasienta que protege la piel del bebé, se va volviendo más espeso en esta etapa, lo que también contribuye a facilitar el paso del bebé por el canal de parto en caso de un parto vaginal. Es importante señalar que si el parto ocurriera durante esta semana, el bebé requeriría cuidados intensivos durante un corto período de tiempo. No obstante, las probabilidades de que sobreviva y no presente problemas graves a largo plazo son muy altas en este punto del embarazo.

La semana 35 del embarazo

El bebé en esta semana de embarazo comienza a desarrollar su médula ósea, que le permitirá producir sus propias células sanguíneas a través del proceso de hematopoyesis.

En esta etapa, el feto se encuentra en su máximo grado de desarrollo y se parece cada vez más a un ser humano completo. Su principal tarea es aumentar su peso, con un promedio de 250-350 gramos de ganancia semanal, lo que puede contribuir al empeoramiento de los dolores de espalda a medida que avanza la semana.

La semana 36 del embarazo

Con el parto cada vez más próximo, es común que el ginecólogo recomiende una monitorización semanal de los latidos del bebé y de las contracciones de la madre para garantizar la salud y el bienestar de ambos.

En esta semana, es aconsejable aclarar cualquier duda relacionada con el parto, incluyendo las instrucciones sobre cómo actuar y a quién llamar en caso de que se produzca la rotura de la bolsa amniótica. Es importante estar bien informada y preparada para el momento del parto.

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