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¿Qué es la reserva ovárica y cómo afecta a la fertilidad?

¿Qué es la reserva ovárica y cómo afecta a la fertilidad

Uno de los términos que frecuentemente surge en conversaciones, consultas médicas y búsquedas en línea es la reserva ovárica. Pero, ¿qué significa exactamente este concepto y por qué es tan importante para aquellas mujeres que desean concebir?

En este blog nos adentraremos en el mundo de la reserva ovárica, desvelando su significado, su importancia en el proceso reproductivo y cómo puede influir en tu camino hacia la maternidad.

Entender tu reserva ovárica es un paso crucial para tomar decisiones informadas sobre tu fertilidad y explorar las opciones de reproducción asistida si fuera necesario.

¿Qué es la reserva ovárica?

La reserva ovárica es un término que refleja la cantidad y calidad de óvulos disponibles en los ovarios de una mujer en un momento dado. Esta reserva es única para cada mujer y disminuye con la edad, lo que puede afectar directamente las posibilidades de concebir. 

¿Cómo funciona la reserva ovárica?

Primero, es fundamental comprender cómo funcionan los ovarios en relación con la producción de óvulos. Durante el desarrollo embrionario, incluso cuando eras un feto en el útero de tu madre, comienza la formación de tus óvulos. Este proceso finaliza antes del nacimiento, y hasta la fecha, se considera que no puede extenderse.

Esto significa que una mujer nace con una cantidad específica de óvulos (millones de ellos), los cuales son almacenados en los ovarios como un valioso tesoro hasta que llegue el momento de utilizarlos en la búsqueda de un embarazo.

A lo largo de la vida, se sabe que la mujer libera típicamente un óvulo por mes (la menstruación). Sin embargo, lo que muchos desconocen es la intensa competencia entre los óvulos por ser el elegido para la ovulación. La naturaleza, en su empeño por preservar la especie, promueve esta competencia para asegurar la eficiencia de sus procesos.

En el ámbito reproductivo, el objetivo es que la concepción de una nueva vida se realice con el mejor espermatozoide y el mejor óvulo. Es bien sabido el desafío que enfrentan millones de espermatozoides, donde el más apto y veloz logra fecundar el óvulo y contribuir a la creación de un nuevo ser.

Un proceso similar ocurre con los óvulos. Cada mes, decenas de óvulos inactivos en reserva son seleccionados. Y tras un proceso de aproximadamente tres meses, solo uno logra ser ovulado.

Por lo tanto, a lo largo de su vida, una mujer no experimenta millones de ovulaciones, sino que, alrededor de los 50 años, se presenta la menopausia debido al uso de decenas de óvulos cada mes para ovular solo uno de ellos.

La reserva ovárica de una mujer en un momento dado es el resultado de la cantidad de óvulos producidos antes de su nacimiento menos los óvulos que ha utilizado para ovular a lo largo de su vida.

De aquí se desprende que la reserva nunca puede aumentar. Además de que va disminuyendo inevitablemente con el tiempo, ya que la mujer utiliza decenas de óvulos cada mes para la ovulación.

A mayor reserva ovárica, mayor cantidad de ovocitos quedan y por tanto hay mayor probabilidad de quedarse embarazada, siempre en función de la edad.

En cambio, si la reserva ovárica es baja, es mejor recurrir a la fecundación in vitro para lograr el embarazo. Entre las causas de una reserva ovárica baja se encuentran algunos problemas genéticos, enfermedades con afectación ovárica como la endometriosis.

Ciertos tratamientos médicos (radioterapia, quimioterapia), y el tabaquismo, aunque la principal causa de una baja reserva ovárica es la edad. A medida que aumenta la edad, disminuye el número de ovocitos, y este descenso se acelera a partir de los 35 años de edad, quedando menos óvulos y de menor calidad.

El proceso de selección de óvulos para la ovulación es irreversible. Si un óvulo no es ovulado, muere en un proceso conocido como atresia.

Una reserva ovárica óptima incrementa las posibilidades de embarazo. Sin embargo, si se identifica una reserva ovárica reducida sería necesario optar por técnicas de reproducción asistida. Como la fecundación in vitro (FIV), para alcanzar la maternidad.

Aun así, es importante considerar que, aunque exista un número elevado de óvulos, estos pueden no ser de la calidad deseada. En tal situación, concebir de forma natural utilizando los propios óvulos podría presentar dificultades.

Causas de disminución de la reserva ovárica

La edad de la mujer es uno de los factores más importantes para la disminución de la reserva ovárica. 

Sin embargo, además de la edad, existen otros factores que pueden tener un impacto negativo en la cantidad y calidad de óvulos en una mujer:

  • Tratamiento médico y quirúrgico
  • Radioterapia
  • Quimioterapia
  • Estrés
  • Obesidad / Sobrepeso
  • Contaminación ambiental
  • Exposición a productos tóxicos o pesticidas
  • Hábitos de vida poco saludables
  • Endometriosis o infecciones pélvicas

Estos factores pueden causar lo que se conoce como menopausia precoz o fallo ovárico prematuro (FOP), que significa que la reserva ovárica se agota antes de la edad esperada.

Pruebas de reserva ovárica

Existen distintas pruebas que nos ayudan a evaluar el estado de la reserva ovárica. Lo más común es realizar un análisis hormonal y un estudio ecográfico.

A continuación te detallamos cada una de las distintas pruebas que existen:

FSH (hormona folículo estimulante)

Esta hormona juega un papel crucial en la regulación del ciclo menstrual, siendo secretada por la glándula pituitaria para promover el crecimiento de folículos en los ovarios. En situaciones donde la cantidad de óvulos es limitada, se elevan los niveles de FSH en un esfuerzo por activar los ovarios. Por lo tanto, niveles elevados de FSH en la sangre sugieren una reserva ovárica reducida.

Este análisis se realiza a través de la sangre, entre el día 3 y 5 del ciclo ovárico. Considerando que el primer día del ciclo es cuando comienza el período menstrual.

Si los niveles de FSH están por debajo de 6 mUI/ml, son consideramos normales. Si la hormona FSH se encuentra en un rango de 6 a 9 mUI/ml, se considera que la reserva ovárica es buena, aunque no tan elevada como en el rango anterior.

Una reserva se define como moderada cuando el nivel de FSH oscila entre 9 y 10 mUI/ml, y se considera disminuida si se encuentra entre 10 y 13 mUI/ml. Por otro lado, niveles superiores a 13 mUI/ml señalan una reserva ovárica baja, indicando que la mujer se encuentra en una etapa próxima a la menopausia.

AMH (hormona anti mülleriana)

La hormona antimulleriana es un excelente marcador de la reserva ovárica. Se secreta esta hormona por el folículo ovárico donde se forma el óvulo. Tiene niveles elevados durante la maduración de múltiples óvulos y disminuye cuando la cantidad de óvulos baja, reflejando así la reserva ovárica. Por esta razón, la AMH se reconoce como el indicador fiable de la fertilidad femenina.

Niveles de AMH que oscilan entre 0,7 y 3,5 ng/ml señalan una reserva ovárica considerada normal, mientras que niveles por debajo de 0,7 ng/ml sugieren una reserva ovárica reducida.

A diferencia de la FSH, la concentración de esta hormona puede evaluarse en cualquier momento del ciclo menstrual debido a que su valor permanece constante, lo cual proporciona resultados confiables al no variar significativamente con el ciclo, o estar influenciados por otros factores.

E2 (estradiol)

Conforme los folículos ováricos se desarrollan, incrementan su producción de estradiol, lo que hace que la medición de esta hormona sea útil para evaluar la reserva ovárica. Una mayor concentración de estradiol indica un mayor número de óvulos en desarrollo durante ese ciclo.

No obstante, niveles altos de estradiol en las primeras etapas del ciclo menstrual (días 3-5) pueden sugerir también una reserva ovárica disminuida.

Se considera ideal que el nivel de estradiol en los primeros días del ciclo menstrual sea menor a 40 pg/ml.

Para determinar el nivel de estas hormonas, basta con realizar un análisis de sangre. 

Recuento de folículos antrales (RFA)

Desde que iniciamos la pubertad, cada mes se desarrolla un grupo de folículos en los ovarios, de los cuales solo uno alcanza la fase de ovulación, liberando un óvulo maduro. Los folículos restantes se degeneran progresivamente.

Las fases de crecimiento folicular incluyen: el folículo primordial, primario, secundario, antral y preovulatorio (también conocido como folículo de Graaf). 

El folículo antral se distingue por la formación de un espacio lleno de líquido, conocido como antro, lo que facilita su detección mediante ecografía transvaginal. La evaluación del número de folículos antrales ofrece una estimación de la reserva ovárica de una mujer. Este conteo es más preciso cuando se realiza entre los días 3 y 5 del ciclo menstrual.

Conoce tu reserva ovárica

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