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El factor más determinante a la hora de lograr un embarazo reside en la edad de la mujer que desea la gestación. Ya que con los años, la calidad ovocitaria desciende provocando lo que llamamos baja reserva ovárica.
A través de este blog, te explicaremos el significado de la baja reserva ovárica, para que entendidas cómo puede afectar tu fertilidad, y descubrir las estrategias avanzadas que pueden ayudarte a superar este obstáculo.
Se identifica una baja reserva ovárica en la mujer cuando, en cada ciclo menstrual, sus ovarios producen menos óvulos de los esperados para su edad. A diferencia de la capacidad masculina de producir espermatozoides, que es prácticamente ilimitada, el número de óvulos que una mujer puede generar es finito.
Desde la primera regla, en cada ciclo menstrual, muchos ovocitos inician un proceso de maduración, pero solo uno (aunque en algunos casos pueden ser dos) se convierte en óvulo maduro, mientras que el resto son descartados (entran en atresia). Así, se calcula que a lo largo de la vida fértil de una mujer, sus ovarios liberan unos 400 óvulos con capacidad para ser fecundados.
Si la reserva ovárica es baja, es mejor recurrir a la fecundación in vitro para lograr el embarazo. Entre las causas de una reserva ovárica baja se encuentran algunos problemas genéticos, enfermedades con afectación ovárica como la endometriosis. Ciertos tratamientos médicos (radioterapia, quimioterapia), y el tabaquismo, aunque la principal causa de una baja reserva ovárica es la edad.
A medida que aumenta la edad, disminuye el número de ovocitos, y este descenso se acelera a partir de los 35 años de edad, quedando menos óvulos y de menor calidad.
La causa más frecuente para la baja reserva ovárica es la edad, pues la cantidad de óvulos se va agotando paulatinamente a medida que la mujer va cumpliendo años, pero lo hace de forma más acentuada a partir de los 35-38 años.
Sin embargo, además de la edad, existen otros factores que pueden tener un impacto negativo en la cantidad y calidad de óvulos en una mujer:
Estos factores pueden causar lo que se conoce como menopausia precoz o fallo ovárico prematuro (FOP), que significa que la reserva ovárica se agota antes de la edad esperada.
Muchas mujeres relacionan la baja reserva ovárica con la edad. Sin embargo, el problema es que algunas mujeres tienen una baja reserva ovárica siendo jóvenes y mucho antes de lo previsto.
La buena noticia es que estos desafíos no impiden la posibilidad de embarazo, dada la precisión de los análisis para detectar la baja reserva ovárica y los progresos en el campo de la medicina reproductiva. Un número creciente de mujeres se beneficia de los exitosos tratamientos de reproducción asistida y de la vitrificación de óvulos para mantener su capacidad reproductiva. A esto se añade la opción de la donación de óvulos y las prometedoras investigaciones en técnicas de rejuvenecimiento ovárico como alternativas viables.
Existen distintas pruebas que nos ayudan a evaluar el estado de la reserva ovárica. Lo más común es realizar un análisis hormonal y un estudio ecográfico.
A continuación te detallamos cada una de las distintas pruebas que existen:
Esta hormona juega un papel crucial en la regulación del ciclo menstrual, siendo secretada por la glándula pituitaria para promover el crecimiento de folículos en los ovarios. En situaciones donde la cantidad de óvulos es limitada, los niveles de FSH se elevan en un esfuerzo por activar los ovarios. Por lo tanto, niveles elevados de FSH en la sangre sugieren una baja reserva ovárica.
Este análisis se realiza a través de la sangre, entre el día 3 y 5 del ciclo ovárico. Considerando que el primer día del ciclo es cuando comienza el período menstrual.
Los niveles de FSH que son considerados como normales, están por debajo de 6 mUI/ml. Si la hormona FSH se encuentra en un rango de 6 a 9 mUI/ml, se considera que la reserva ovárica es buena, aunque no tan elevada como en el rango anterior.
Se define una reserva es moderada cuando el nivel de FSH oscila entre 9 y 10 mUI/ml, y se considera disminuida si se encuentra entre 10 y 13 mUI/ml. Por otro lado, niveles superiores a 13 mUI/ml señalan una baja reserva ovárica, indicando que la mujer se encuentra en una etapa próxima a la menopausia.
La hormona antimulleriana es un excelente marcador de la reserva ovárica. Es secretada por el folículo ovárico donde se forma el óvulo. Tiene niveles elevados durante la maduración de múltiples óvulos y disminuye cuando la cantidad de óvulos baja, reflejando así la reserva ovárica. Por esta razón, la AMH se reconoce como el indicador fiable de la fertilidad femenina.
Niveles de AMH que oscilan entre 0,7 y 3,5 ng/ml señalan una reserva ovárica considerada normal, mientras que niveles por debajo de 0,7 ng/ml sugieren una reserva ovárica reducida.
A diferencia de la FSH, la concentración de esta hormona puede evaluarse en cualquier momento del ciclo menstrual debido a que su valor permanece constante, lo cual proporciona resultados confiables al no variar significativamente con el ciclo, o estar influenciados por otros factores.
Conforme los folículos ováricos se desarrollan, incrementan su producción de estradiol, lo que hace que la medición de esta hormona sea útil para evaluar la reserva ovárica. Una mayor concentración de estradiol indica un mayor número de óvulos en desarrollo durante ese ciclo.
No obstante, niveles altos de estradiol en las primeras etapas del ciclo menstrual (días 3-5) pueden sugerir también una reserva ovárica disminuida.
Se considera ideal que el nivel de estradiol en los primeros días del ciclo menstrual sea menor a 40 pg/ml.
Para determinar el nivel de estas hormonas, basta con realizar un análisis de sangre.
Desde que iniciamos la pubertad, cada mes se desarrolla un grupo de folículos en los ovarios, de los cuales solo uno alcanza la fase de ovulación, liberando un óvulo maduro. Los folículos restantes se degeneran progresivamente.
Las fases de crecimiento folicular incluyen: el folículo primordial, primario, secundario, antral y preovulatorio (también conocido como folículo de Graaf).
El folículo antral se distingue por la formación de un espacio lleno de líquido, conocido como antro, lo que facilita su detección mediante ecografía transvaginal. La evaluación del número de folículos antrales ofrece una estimación de la reserva ovárica de una mujer. Este conteo es más preciso cuando se realiza entre los días 3 y 5 del ciclo menstrual.
Entender el estado de la reserva ovárica es crucial debido a que es un elemento clave para lograr el embarazo. Es especialmente importante evaluar la reserva ovárica de la mujer a partir de los 35 años, ya que esto facilita la toma de decisiones significativas.
Si se descubre que la reserva ovárica es baja, una de las alternativas podría ser intentar concebir cuanto antes, bien sea naturalmente o a través de métodos de reproducción asistida. Esto se debe a que la cantidad de óvulos disponibles disminuirá con el tiempo, reduciendo así las posibilidades de embarazo. No obstante, si la mujer desea aplazar la maternidad, esta opción podría no ser viable. En tales circunstancias, la criopreservación de óvulos mediante vitrificación ofrece una solución para preservar la fertilidad, permitiendo que los óvulos se descongelen y la fecundación in vitro más adelante.
Para obtener más detalles, te invitamos a ponerte en contacto con Fertilycare.
Contar con una reducida cantidad de óvulos en un momento determinado de tu vida fértil no imposibilita el embarazo, gracias a las pruebas para la detección de baja reserva ovárica y dadas las tasas de éxito de las técnicas de reproducción asistida.
Si este artículo ha despertado preguntas o si sientes la necesidad de explorar más tu propia reserva ovárica, te invitamos a realizar nuestro test de pruebas diagnósticas y que nuestros expertos te ayuden a elegir la mejor clínica para realizar la prueba. Es importante valorarlo en la consulta, puesto que si asociamos baja reserva ovárica y el empeoramiento de la calidad, que se agrava exponencialmente a partir de los 35 años, el pronóstico reproductivo se reduce.
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