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La hormona antimülleriana (AMH) es una sustancia tan esencial y enigmática. Actúa como un indicador clave de la reserva ovárica en las mujeres, proporcionando una ventana única a su potencial reproductivo. Pero, ¿qué sucede cuando volvemos nuestra atención hacia los valores de la hormona antimülleriana?
En este blog, descubrirás los valores de la hormona antimülleriana, desentrañando su significado y la importancia que tienen en la evaluación de la fertilidad. Desde entender qué nos dicen estos valores sobre nuestra reserva ovárica hasta cómo pueden influir en las decisiones de tratamientos de fertilidad.
Primero es importante saber en qué consiste la hormona antimülleriana y por qué es importante en el camino hacia la fertilidad.
La hormona antimülleriana (AMH) es una proteína que se emplea como indicador para medir la reserva de óvulos de una mujer y, por ende, determinar su capacidad reproductiva actual.
Está presente tanto en hombres como en mujeres. En hombres, esta hormona es producida por un tipo concreto de células del testículo (células de Sertoli), y se inicia el desarrollo del fenotipo masculino. Sin embargo, cuando la hormona antimulleriana está ausente, se produce la diferenciación de determinadas estructuras fetales (conductos müllerianos) en útero, un tercio de la vagina y oviducto, es decir, hacia un fenotipo femenino.
Mientras más elevada la hormona AMH, sugiere una reserva ovárica más abundante. No obstante, conforme avanza la edad, estos niveles tienden a disminuir hasta llegar a un punto de agotamiento de los óvulos.
La hormona antimülleriana se produce en los folículos ováricos pequeños, tanto preantrales como antrales, desde el inicio de la pubertad hasta el comienzo de la menopausia., es decir, el número de óvulos disponibles en un momento dado, lo cual es crucial para evaluar su capacidad reproductiva.
Mediante el análisis de la AMH, es posible determinar la reserva ovárica de una mujer, es decir, el número de óvulos disponibles en un momento dado, lo cual es crucial para evaluar su capacidad reproductiva.
Desde su nacimiento, las mujeres tienen una cantidad fija de óvulos que disminuye gradualmente a lo largo de los años a través de los procesos de ovulación o los ciclos menstruales. Por ello, es natural que la reserva ovárica a los 40 años sea significativamente menor en comparación con la etapa de la adolescencia. No obstante, niveles elevados de AMH sugieren una reserva ovárica abundante, lo que implica mayores posibilidades de una respuesta ovárica favorable en tratamientos de fertilidad mediante estimulación ovárica.
A lo largo de la vida de una mujer, los valores de la hormona antimülleriana experimentan variaciones: son extremadamente bajos y casi no se detectan justo después del nacimiento, alcanzando su pico máximo cerca de los 25 años de edad.
Los valores de la hormona antimülleriana varían de 0 a 12 ng/ml, aunque es más común encontrarlos entre 1 y 4 ng/ml. De manera general, estos niveles se interpretan de la siguiente manera en cuanto a la reserva ovárica:
Los valores de referencia de la hormona antimülleriana son los siguientes, no obstante, te recomendamos hablar con tu médico para interpretar correctamente los resultados:
Con el avance de la edad, la reserva de óvulos de una mujer disminuye, lo que se refleja en una reducción de los niveles de hormona antimülleriana.
La disminución más notable de la reserva ovárica suele ocurrir después de los 36 años, aunque algunas mujeres pueden experimentar una reserva ovárica reducida incluso antes, como en casos de menopausia temprana.
Entender la situación de la fertilidad y la cantidad de óvulos disponibles puede ser crucial para que las mujeres planifiquen su camino hacia la maternidad de manera informada, considerando opciones como:
Aunque el análisis de la hormona antimülleriana puede tener un costo elevado, la reserva ovárica también puede evaluarse mediante ecografía y análisis del nivel de FSH, ofreciendo una alternativa para estimar la capacidad reproductiva.
Sin embargo, para una evaluación más precisa de la fertilidad, se aconseja analizar estos resultados junto con otras pruebas, como el conteo de folículos antrales y los niveles de hormonas FSH, LH, prolactina y estradiol. Estas pruebas deben realizarse entre el tercer y quinto día del ciclo menstrual, cuando las hormonas se encuentran en un estado basal, permitiendo así una comparación adecuada con los valores de referencia estándar.
La mayor ventaja de esta prueba es que puede llevarse a cabo en cualquier momento del ciclo menstrual, a diferencia de la FSH que se limita al tercer día, y no requiere de una ecografía para su realización, a diferencia del conteo folicular.
Además, los valores de la hormona antimülleriana permanecen constantes a lo largo del ciclo menstrual.
Por ello, a partir de los 25 años es recomendable realizar este estudio, de manera que, si se diagnostica una baja reserva ovárica, la mujer pueda optar por intentar quedar embarazada o preservar su fertilidad congelando sus óvulos para poder ser madre en un futuro. De no tomar esta medida preventiva, la medicina reproductiva ofrece distintas alternativas como la fecundación in vitro (FIV) o a través de la donación de gametos como la ovodonación.
En pacientes con cáncer, los tratamientos de quimioterapia, radioterapia o cirugía, pueden tener efectos perdurables en la salud reproductiva tanto del hombre como de la mujer. Por lo que antes de comenzar el tratamiento es importante consultar antes con un especialista en reproducción. En Fertilycare te ofrecemos la clínica con el tratamiento más adecuado para tu situación. Ponte en contacto con nosotros y te ayudaremos a conseguir tu sueño.
La concentración de la hormona antimülleriana experimenta variaciones a lo largo de las distintas fases de la vida femenina de manera natural. En la niñez, estos niveles son relativamente bajos y empiezan a incrementarse con la llegada de la pubertad, momento en el cual comienza la ovulación.
Generalmente, estos niveles alcanzan su máximo entre los 22 y 25 años y, a partir de entonces, disminuyen gradualmente. Después de los 35 años, la disminución se acelera hasta que la hormona desaparece completamente con la llegada de la menopausia.
Los niveles de referencia de la hormona antimülleriana según la edad son:
Sin embargo, hay situaciones específicas en las que los niveles pueden no ajustarse a estos estándares, como en el caso de mujeres con síndrome de ovario poliquístico (SOP), quienes suelen tener niveles de AMH más altos de lo habitual y una disminución más lenta de estos a medida que envejecen.
Te invitamos a leer nuestro blog de hormona antimülleriana por edad aquí para más información.
Si te has quedado hasta aquí, es porque tal vez te interesa conocer tus valores de la hormona antimülleriana. Y para ello es importante tener un panorama claro de las opciones que tenemos, tanto de clínicas como económicas.
La medición de la AMH en sangre puede efectuarse como parte de una evaluación integral de la fertilidad femenina o de manera independiente. Los costos de esta prueba pueden diferir significativamente dependiendo del centro médico o laboratorio elegido para su realización.
Por lo general, los análisis completos de fertilidad femenina oscilan entre 120 y 450 euros, e incluyen tanto una ecografía transvaginal como exámenes hormonales. Las opciones de mayor precio suelen abarcar también el estudio de la AMH.
Si se opta únicamente por la prueba de AMH, el costo se sitúa en el rango de 50 a 80 euros.
En resumen, comprender los valores de la hormona antimülleriana no solo nos brinda una ventana al estado actual de la reserva ovárica, sino que también nos permite tomar decisiones informadas sobre nuestra salud reproductiva y planificación familiar. Ya sea que estés considerando la maternidad en el futuro cercano o simplemente deseas conocer más sobre tu fertilidad, la AMH ofrece una perspectiva valiosa y precisa.
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